Convento de San Francisco de Valladolid

Más adelante, hacia 1250, los frailes menores se encontraron con la necesidad de instalarse en la ciudad y poder desarrollar su labor con más proximidad con los fieles y evitar el desplazamiento continuo desde el convento a la villa. Por otro lado, también intentaban encontrar un emplazamiento más adecuado en cuanto a las condiciones ambientales y de salubridad, que en Río de Olmos no eran suficientemente satisfactorias. Una vez elegido el lugar donde establecerse, situado extramuros de la ciudad, en 1254 obtuvieron el permiso del abad de la colegiata de Santa María la Mayor, que ejercía las funciones episcopales en la ciudad.

El convento de Valladolid fue uno de los impulsores de la reforma observante dentro de la orden franciscana, se le considera avanzado en esta cuestión, quizá influido por la existencia en la misma ciudad del monasterio de San Benito el Real, también pionero en cuanto en la instauración de una vida monacal más estricta. Hacia 1417, los frailes de la casa impulsaron la adopción de la reforma, que ya se había experimentado en otras comunidades. La iniciativa contó con el apoyo de la familia de los Mendoza, que había influido también en otros conventos y participaba en las obras de construcción que se hacían en esta casa. La adopción de la observancia coincidió con la renovación de las dependencias y la construcción de nuevas capillas en la iglesia, su establecimiento era ya un hecho en la década de 1430.