Monasterio de Santa Clara de Soria

Las clarisas se habrían establecido en un lugar en el interior de los muros de la ciudad. La comunidad se vio beneficiada por la monarquía que la protegió y la hizo beneficiaria de varios bienes, derechos y rentas durante los siguientes siglos. Además, también fue favorecida por los Gil de Miranda, en 1413 don Gonzalo Ruiz de Miranda incluyó las clarisas entre los beneficiarios en su testamento. A principios del siglo XVI, empezaron las obras de un nuevo monasterio, que ocuparon hasta 1834 cuando la reducida comunidad de ocho monjas tuvo que dejarlo y se convirtió en un cuartel, las monjas ocuparon varios lugares y, finalmente, la iglesia de San Clemente y el palacio de los Ríos y Salcedo donde permanecieron hasta 1854, cuando se trasladaron definitivamente al antiguo convento de Santo Domingo, mientras que la primera casa se destinaba a usos militares y la última en cuartel de la Guardia Civil. En la concatedral de San Pedro se conserva un retablo procedente de la iglesia de este monasterio.