Monasterio de San Paio de Antealtares
San Pedro / San Payo / San Pelayo / Ante Altares / Antealtaris
(Santiago de Compostela, La Coruña)
El monasterio benedictino de San Paio de Antealtares tiene su origen en el culto desarrollado en este lugar a partir del año 814, a raíz del descubrimiento del sepulcro del apóstol Santiago. En ese momento, o poco después de que Alfonso II construyera la primera iglesia sobre la tumba del santo, hacia el 820, se delimitó un espacio monástico donde una comunidad, bajo la dirección del abad Ildefredo, se encargaba del culto.
Debido a su ubicación, este monasterio, estrechamente vinculado a la iglesia que más tarde se convertiría en catedral, fue conocido con el nombre de Antealtares y puesto bajo la advocación de san Pedro. En 997, la ciudad y las iglesias fueron destruidas por una razia de Almanzor, lo que obligó al obispo Pedro de Mezonzo a impulsar su reconstrucción. En este contexto, se introdujo una nueva comunidad de clérigos en la iglesia, que fue ganando protagonismo en detrimento de la comunidad de Antealtares. En 1075, el obispo Diego Peláez inició la construcción de una nueva iglesia de grandes dimensiones para acoger el importante flujo de peregrinos, lo que comportó el derribo del monasterio de Antealtares.
Ante esta nueva situación, en 1077 se firmó la conocida Concordia de Antealtares, en la que el abad y el obispo establecieron las condiciones de uso de los nuevos espacios que se estaban construyendo. En este documento consta que, en ese momento, la casa de Antealtares ya seguía la regla de San Benito. En 1095, el papa Urbano II autorizó el traslado de la sede episcopal de Iria a Santiago, organizando definitivamente el capítulo catedralicio, lo que restó protagonismo a la comunidad benedictina. El monasterio cambió su antigua advocación por la de San Paio (San Pelayo) en algún momento indeterminado a principios del siglo XII.
Durante el siglo XIII, los benedictinos cedieron los terrenos de su monasterio para ampliar la catedral e iniciaron la construcción de un nuevo establecimiento que quedaba separado de esta iglesia por la actual plaza de Quintana, antiguo cementerio. A finales del siglo XV, esta casa experimentó cambios debido a la reforma observante que afectó al mundo monástico de la época. Como resultado, las comunidades de San Paio de Antealtares, en decadencia, y la de San Pedro de Fóra (otra casa benedictina de la ciudad) se trasladaron a una tercera casa benedictina de Santiago: San Martiño Pinario, lo que se materializó el año 1495.
Paralelamente, en esa misma época, se reformaron las casas benedictinas femeninas de Galicia, que también atravesaban una crisis. Se propuso reunir a estas comunidades en el antiguo monasterio de Antealtares, rescindiendo un acuerdo anterior de establecer allí un colegio. La actuación se concretó en 1499, trasladando las monjas desde varios monasterios y reformando sus costumbres con normas mucho más estrictas, lo que provocó la oposición de muchas religiosas. La nueva casa mantuvo el control sobre los bienes de una quincena de monasterios suprimidos, diseminados por toda Galicia. Además, el mismo monasterio fue reconstruido, con obras que se prolongaron hasta principios del siglo XVIII.
Coro
Coro
Armario de reliquias
Retaubo e la Virgen de la O (s. XVII)
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El monasterio de Antealtares se encuentra muy cerca de la catedral de Santiago, separado de ésta por una plaza