Abadía de Sainte-Trinité de La Lucerne

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Abadía de Sainte-Trinité de La Lucerne
Abbaye Sainte-Trinité de La Lucerne

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La abadía premonstratense de La Lucerne se estableció en este lugar en el año 1162 pero antes ya había ocupado otros dos emplazamientos. La primera fundación se efectuó en 1143 en Courbefosse con monjes procedentes de Saint-Josse-au-Bois y gracias a la iniciativa de Hasculf de Subligny, señor de este lugar, y de su hermano Richard, obispo de Avranches. El primer superior de esta casa fue Tancredo, canónigo procedente de Saint-Josse. El 1145, se trasladó la casa a otro lugar, todo hace pensar que la primera aún no se había construido y la comunidad habría ocupado algunas estancias provisionales, de madera. La segunda ubicación tampoco fue la definitiva, a iniciativa del nuevo obispo de Avranches (Achard) y con el apoyo económico de Guillaume de Saint-Jean, considerado en adelante el fundador de la casa, se efectuó en el año 1162 el segundo y definitivo traslado al lugar actual.

La Lucerne

Premonstratenses

La Lucerne. Portería

La Lucerne. Fachada de la iglesia

La construcción del monasterio se llevó adelante y se levantó la iglesia, consagrada en 1170 por el mismo obispo Achard aunque se fue completando en los años siguientes. Se convirtió en un lugar con mucha vitalidad gracias a las donaciones hechas a su favor. De esta casa dependían otros establecimientos monásticos, como el priorato (y después abadía) de Ardenne (Calvados), Beauport (Côtes d'Armor, Bretaña), Mondaye (Calvados) o Belle-Étoile (Orne). Además, sus posesiones se extendían por otras partes, incluso en las islas Británicas. En el siglo XIII sufrió un episodio de peste y, sobre todo los efectos de la guerra de los Cien Años, que la dañaron, y de las represalias posteriores que llevaron a la confiscación de sus bienes.

La Lucerne. Portal de la iglesia

En 1528 fue designado el primer abad comendatario de esta casa y en la segunda mitad de ese siglo la abadía fue saqueada a raíz de las guerras de Religión. En el siglo XVII se recuperaron y restauraron sus construcciones y no fue hasta el XVIII que se reformó en cuanto a su regla. Con la Revolución llegó el fin de la actividad monástica, en 1790 fue suprimida la casa y al año siguiente el lugar fue vendido. Durante el siglo XIX el lugar es ocupado por actividades industriales y también se explota como cantera, dejándolo en ruina. El lugar es protegido y restaurado parcialmente más adelante, ya en el siglo XX. A partir de la segunda mitad de este siglo se procede a la restauración de las construcciones, especialmente la iglesia, y se hacen investigaciones arqueológicas gracias sobre todo a la iniciativa de Marcel Lelégard hacia los años 50. Los trabajos han continuado en la misma iglesia y en otras dependencias hasta la actualidad.

La Lucerne. La iglesia