Abadía
cisterciense fundada en 1136 gracias a la intervención
de Conan III, duque de Bretaña y su madre, Ermengarda de
Anjou, en un lugar donde tradicionalmente se considera
que había sido la sede de un monasterio anterior, que
habría quedado abandonado a causa de las inestabilidades
del siglo IX. La primera comunidad vino del monasterio
de Aumona (Loir y Cher) y uno de sus primeros abades fue
san
Mauricio de Carnoët, conocido con este nombre porque
fundó el monasterio de Carnoët (Finisterre). Después de
una primera época de la que se tienen pocas noticias, a
finales del siglo XIV se encontraba en decadencia e
incluso la orden del
Císter intervino para combatir el relajamiento de
costumbres. A partir del 1532 la casa pasaba a estar
dirigida con el régimen de encomienda y entre el 1590 y
1598 sufrió los efectos de las guerras de Religión con
el resultado de una exclaustración temporal y el saqueo
y ruina de los bienes muebles e inmuebles. El monasterio
se restauró durante los siglos XVII y XVIII hasta que la
Revolución expulsó definitivamente a los cistercienses
que en 1788 ya habían sufrido los efectos de un
incendio. En 1806 el monasterio fue utilizado como
remonta para la cría de caballos hasta que en 1858 llegó
la congregación del Saint-Esprit. |
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