Bernardo de Claraval nació en 1090 en Fontaine-lès-Dijon, en los alrededores de la capital de la Borgoña, en el seno de una familia noble. Tras recibir una esmerada educación, reunió una treintena de familiares a su alrededor con el fin de adoptar la vida monástica. El 1112 este grupo encabezado por Bernardo entró en contacto con el abad Esteban de Cîteaux y se integró en aquel monasterio, seguramente de forma escalonada. La llegada de este grupo numeroso y particularmente la figura del joven Bernardo impulsó definitivamente la nueva experiencia monástica que allí se desarrollaba y que se convertiría en la nueva orden del Císter.
 

San Bernardo de Claraval
Vera Effigies, s. XVII
Procedente de Claravall
Catedral de Troyes
 

El 1115, con veinticinco años, Bernardo encabezó la comunidad que se estableció en Claraval (Aube) para fundar un nuevo monasterio desde Cîteaux, el cuarto después de La Ferté (Saona y Loira, 1113), Pontigny (Yonne, 1114) y Morimond (Alto Marne, 1115). Claraval, con san Bernardo, se convirtió en un lugar singular dentro de la reforma cisterciense, desde aquí mantuvo enfrentamientos dialécticos con Cluny, representado por Pedro el Venerable. A pesar de que los primeros años de las fundaciones monásticas sufren momentos de precariedad, el 1118 Claraval ya pudo fundar la primera de la larga serie de abadías "hijas": Trois-Fontaines (Marne).
 

La abadía de Claraval
 

Báculo llamado de San Bernardo. s. XII
Procedente de Claraval
Abadía de Bellefontaine
 

San Bernardo de Claraval
Compartimento del Retablo de Claravall, S. XVI
Posiblemente procede de la abadía de Claraval
Museo de Beaux-Arts de Dijon
 

Abadía de Cîteaux
 

Su reputación hizo que a partir de 1128 san Bernardo se viera obligado a dejar Claraval en manos de un prior para dedicarse a otros asuntos externos: Aquel año está presente en el concilio de Troyes y luego se le encuentra apoyando a varios obispos en sus asuntos diocesanos. Ayudó al papa Inocencio II en su enfrentamiento con el antipapa Anacleto lo que le obligó a viajar por todo el occidente cristiano en busca de apoyos para su causa. También participó en la promoción de la Segunda Cruzada impulsada por el papa Eugenio III, antiguo monje de Claraval y discípulo de Bernardo. Los asuntos externos a la abadía se multiplicaron hasta el 1153, fecha en que murió, en Claraval, donde fue enterrado y venerado hasta la Revolución, cuando fue suprimido el monasterio.