Abadía de Fontcaude

Estas diferencias acabaron con la intervención del papa Alejandro III, que unificó la comunidad, poniéndola bajo la orden premonstratense, la solución definitiva no llegó hasta 1177, al tiempo que la casa de Fontcaude adquiría el título de abadía. Su primer abad fue Bernard. A finales del siglo XII empezaba la construcción de la iglesia monástica, el cenobio se desarrolló y adquirió cierta prosperidad, lo que incluso permitió la fundación de algún priorato dependiente. Como otros centros monásticos, la abadía de Fontcaude sufrió los efectos de la guerra de los Cien Años y también los derivados de pasar a tener abades comendatarios, designados desde fuera de la comunidad y sin relación con ella. En 1577 la abadía fue saqueada durante las guerras de Religión. En el transcurso de los siglos posteriores no llegó a recuperarse del todo. Una pequeña comunidad sobrevivió sin pena ni gloria hasta que, con la Revolución, las propiedades fueron vendidas. Ahora sólo se conserva la cabecera de la iglesia y restos de otras dependencias.