Cartuja de Sainte-Croix-en-Jarez

Como rasgo insólito dentro del mundo cartujano, Sainte-Croix permitió el acceso de Béatrix al recinto monástico, así como su enterramiento en la iglesia. La cartuja se construyó siguiendo las costumbres de la orden: la iglesia y varios espacios comunes se organizaban en torno a un claustro pequeño, mientras que las celdas de los cartujos se disponían en una segunda zona, alrededor de un gran claustro. Como elemento diferenciador, los espacios destinados a los servicios y a la organización económica, con comunicación directa con el exterior (conrería), formaban parte del mismo núcleo monástico, aunque se garantizaba su independencia funcional.

El conjunto edificado de la cartuja se articula a partir de un primer patio, la Cour des Obédiences, con funciones de conrería. Un largo corredor comunicaba este espacio con el Grand Cloître, alrededor del cual se disponían las celdas, y al mismo tiempo daba acceso al claustro pequeño y a las dependencias comunes. No se tiene constancia de afectaciones directas derivadas de la guerra de los Cien Años ni de las guerras de Religión, pero el conjunto tuvo que ser reconstruido tras el incendio de 1629. A causa de este siniestro y de los efectos de la Revolución se perdieron o dispersaron los archivos y la biblioteca, aunque se conocen algunos documentos gracias a copias posteriores.