En 1155, Ramon Berenguer IV (conde de Barcelona entre 1131 y 1162) dio el lugar de Ancosa a los monjes cistercienses que se habían establecido en Valldaura en 1150 con el objetivo de que trasladaran allí el monasterio.
El lugar no era idóneo para un asentamiento monástico, entre otras carencias sufría de falta de agua y pobreza del terreno, de ahí que la comunidad cisterciense optó más adelante por trasladarse al nuevo emplazamiento que se encontró a la orilla del Gaià donde entre 1158 y 1168 dejó dispuesto el monasterio de Santes Creus. Aunque seguramente el traslado del monasterio de Valldaura a Ancosa no llegara a concretarse nunca, el lugar fue ocupado por algunos monjes que trabajaron preparando los terrenos para acoger a la comunidad, algo que no se llegaría a realizar. Ancosa fue una importante posesión de Santes Creus hasta el siglo XIX en calidad de granja, unidad característica de las casas cistercienses y que facilitaba la explotación agraria de sus posesiones.
- BOLÓS, Jordi (1992). La granja d’Ancosa. Catalunya romànica. Vol. XIX. El Penedès, l’Anoia. Barcelona: Enciclopèdia Catalana
- BOLÓS, Jordi; MALLART, Lurdes (1986). La granja cistercenca d'Ancosa (La Llacuna, Anoia). Barcelona: Generalitat de Catalunya
- FORT I COGUL, Eufemià (1967). El pretès monestir d’Ancosa. I Col·loqui d’història del monaquisme català. Santes Creus 1966. Vol. 1. Santes Creus
- FORT I COGUL, Eufemià (1972). El senyoriu de Santes Creus. Barcelona: Fund. Salvador Vives Casajuana