Convento de Sant Agustí de Barcelona

Más allá de esta tradición, los agustinos se establecieron de forma regular en 1309 en unos terrenos cedidos por el ciudadano Jaume Basset en la calle de Comerç, en el lugar ahora conocido como Sant Agustí Vell. El primer prior fue fray Bonanat Zaguals. Después de unos años de existencia muy precaria en unas instalaciones poco adecuadas, los agustinos se beneficiaron del apoyo de Alfons el Benigne, pero aún tuvo que aplazarse la construcción de un convento con suficiente entidad, que permitiera su desarrollo. La primera piedra de la iglesia se puso en 1349 en el mismo sitio, o en un lugar próximo a la primera casa. Debido a las dificultades económicas y pese a la concesión de indulgencias a los benefactores, la construcción de los edificios conventuales se prolongó mucho tiempo, hasta el siglo XVIII.

Entre los años 1738 y 1748 los restos del convento fueron recuperados parcialmente por el arquitecto Pere Bertran, más adelante se adaptaron como panadería. En 1750 se pasó a utilizarlo de cuartel, con una nueva construcción que todavía mantuvo algunos elementos del antiguo convento, especialmente el ala de poniente del claustro (1473-1478) que se ha restaurado, y una parte de la fachada de la iglesia. Aquella iglesia perdida guardaba el valioso Retablo de San Agustín (1463-1486) en el altar mayor, obra de Jaume Huguet y ayudantes, encargada por el gremio de Blanquers (o peleteros) y que se conserva parcialmente entre el Museu Nacional d’Art de Catalunya y el Museu Marès.

El siglo XIX estuvo marcado por una serie de calamidades que también afectaron a los otros estamentos religiosos, especialmente a los monasterios y conventos y que incidieron negativamente en este establecimiento, la comunidad y sus posesiones. Durante la ocupación francesa, en 1808, sirvió de cuartel, compartiendo el espacio los soldados y los monjes lo que generó acusaciones de colaboracionismo con los ocupantes, en 1813 quedó sin religiosos. En 1814 las tropas abandonaron el convento que fue recuperado por los frailes con rapidez, y que se apresuraron a emprender las obras de restauración. En 1835 fue incendiado, junto con otros conventos de la ciudad, se decretó la desamortización y se convirtió en una parroquia, función que todavía tiene actualmente. En 1936, el inicio de la guerra civil volvió a afectar al lugar, que fue incendiado y saqueado. Fue ocupado por el sindicato de Arts Gràfiques y al final de la guerra recuperó la función religiosa que todavía se mantiene. En 1971, en la iglesia de Sant Agustí tuvo lugar la fundación de la Assemblea de Catalunya.