Convento de Sant Domènec de Puigcerdà
Conventus Podii Cerdani / Dominicos de Puigcerdà
(Puigcerdà, Cerdanya)
Este convento se fundó en Puigcerdá en 1290, con la llegada del fraile Bernat Guillem, que tuvo que hacer frente a la oposición del monasterio de Cuixà, contrario a este nuevo establecimiento. Recibió la protección de Jaime II de Mallorca, gracias al cual se pudo terminar la fundación, además de facilitar el apoyo económico necesario para emprender la construcción de los edificios conventuales, obra que se prolongó hasta bien entrado el siglo siguiente, hacia 1310.
Además del monarca, también colaboraron en la construcción otras personalidades de la villa y el obispo de Urgell, Guillem de Montcada, él mismo dominico. También habría participado el conde Hug I de Mataplana, quien habría financiado la construcción del portal de la iglesia, donde dispuso su entierro. Hug era hijo de Ramun de Urtx (†1297), que también fue enterrado en el convento y del que todavía se conserva su lápida sepulcral, ahora en el MNAC. El edificio sufrió los efectos del terremoto de 1428, que afectó la ciudad de Puigcerdà.
Más adelante el convento volvió a sufrir graves desperfectos, como un incendio en 1675 o una ocupación militar a finales del siglo XVIII que lo convirtió en cuartel, con las consiguientes destrucciones. A principios del siglo XIX estaba en plena reconstrucción, cuando quedó afectado por la guerra de la Independencia, pasó a manos de unos y otros, ocupando las dependencias. El convento había terminado de restaurarse en 1829, pero fue suprimido en 1835 con la desamortización. Los dominicos nunca regresaron. El lugar se utilizó como cuartel y más tarde de escuela.
En 1868 se derribó el campanario, y la iglesia todavía fue incendiada en 1936, después tomó funciones de parroquia, ya que el anterior templo de Santa María había quedado destruido con la guerra. Se conserva una parte del claustro, obra de 1603. Se trata de una iglesia de nave única, que sigue el modelo usualmente empleado por la orden de los predicadores. La cabecera se perdió y se hizo un nuevo presbiterio, que ocupa el primer tramo de la nave. En una capilla lateral se conservan varios fragmentos de pintura mural de época gótica, con la representación del Árbol de la Vida y de escenas de la Vida de san Pedro Mártir. Junto al portal de la fachada se colocó una puerta lateral de la antigua iglesia parroquial de Santa Maria, arruinada en 1936 y de la que sólo se conserva el campanario.
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