Godofredo
II Martel (1006-1060) fue
conde de Vendôme (entre 1032 y 1056) y de
Anjou (entre 1040 y 1060). Su relación con
el mundo monástico lo vincula con la
abadía de la Trinité de Vendôme (Loir y
Cher) fundada por él y su esposa Inés de
Borgoña, también en el restablecimiento de
la
abadía de Saint-Georges-du-Bois (Loir y
Cher) y el priorato de Saint-Sauveur
L'Esvière (Angers, Maine y Loira). Él mismo
se retiró, el mismo año de su muerte, a la
abadía de Saint-Nicolas, también en Angers.
Se le atribuye haber conseguido del
emperador bizantino Miguel IV la reliquia de
la Santa Lágrima que se veneraba en Vendôme.
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