Convento del Carme de Tàrrega

El siglo XIX conllevó un serie de adversidades, la ciudad de Tàrrega sufrió los efectos de la guerra de la Independencia, en 1810 entró el ejército con el resultado de una importante pérdida de vidas de ciudadanos, los enfrentamientos se prolongaron en el tiempo llegando el ejército francés a fortificarse en el convento del Carmen que habría quedado sin comunidad. En otro contexto, en 1821 y durante el Trienio Liberal la casa fue suprimida temporalmente y su comunidad trasladada a Manresa. En 1835 la desamortización lo hizo clausurar nuevamente, los siete miembros de la comunidad huyeron y el convento fue cerrado. En 1840 y 1843 el lugar fue puesto a subasta y pasó a manos de particulares pero se conservó relativamente bien y a mediados de siglo la iglesia fue recuperada por las autoridades eclesiásticas y de nuevo se abrió al culto. En 1910 el obispo de Solsona cedió la iglesia los capuchinos que mantuvieron cerca de él un convento entre 1912 y 1926, en esta última fecha, los capuchinos se trasladaron a las Borges Blanques y el lugar fue devuelto a loc carmelitas que establecieron un noviciado. Las adversidades no terminaron y 1936 fueron asesinados en el Clot dels Aubins, en Cervera, doce miembros de la comunidad carmelitana de Tàrrega. En 1939 el Carmen recuperó la iglesia y el antiguo noviciado, lugares que habían sufrido destrozos importantes, en 1954 se recuperó el antiguo convento que desde la desamortización había tenido diversas utilidades y comenzó la reconstrucción del nuevo restaurando el claustro que no se había perdido. La iglesia ha sufrido modificaciones importantes en su interior ya que ha sido dividida en dos, una superior y otra inferior a modo de cripta. Los carmelitas todavía mantienen el lugar pero sin comunidad, el convento es ahora un hogar de ancianos.