Monasterio de Santa Margarida del Prat de Roses

Una inundación lo afectó profundamente en 1330 y para recuperarse de los daños se autorizó a las monjas a pedir limosna, no obstante el declive era patente y en adelante la comunidad se fue reduciendo con el paso del tiempo. Debido a esto y al aislamiento del lugar donde se encontraba, en 1389 la comunidad se trasladó a Castelló d’Empúries, a la capilla de la Magdalena, donde las monjas estuvieron a cargo del hospital anexo hasta que el 1396 se trasladaron intramuros, a la capilla de Sant Marc.

La situación de precariedad no se pudo superar y en los años siguientes la comunidad perdió buena parte de su carácter monástico, con una comunidad dispersa y problemas en relación con la regularidad. En una visita episcopal del 1447 consta que sólo residían la priora y una monja, pocos años después ya había desaparecido. Finalmente, en 1461 sus rentas fueron unidas al monasterio de Sant Daniel de Girona y el establecimiento desapareció aunque una monja de Sant Daniel aún mantenía el título de priora de Santa Margarida. En el siglo XVII aún se conservaba la iglesia del Prat de Roses, que ahora se ha perdido en una zona urbanizada que conserva el topónimo de Santa Margarida.