Benito definió el marco
funcional de un cenobio con el fin de organizar la vida
interna de los monasterios que había fundado,
especialmente el de Montecassino (Lacio), para esta
tarea reunió costumbres de algunas de las normas que se
habían establecido en otras experiencias monásticas
anteriores. La Regla de San Benito disfrutó de un éxito
notable y su difusión fue muy importante, especialmente
en la Galia donde conviviría con la de San Columbano. El
empuje final que facilitó que su aplicación se
extendiera se produjo gracias a Ludovico Pío (emperador
franco, 778-840) que el sínodo de Aquisgrán del año 817
impulsó la reforma de las casas monásticas del imperio,
tarea que contó con la valiosa participación de
Benito de Aniano
(c750-821), gracias a aquella iniciativa la difusión
de la Regla de San Benito se generalizó en Occidente. En
Cataluña se menciona el seguimiento de esta Regla en el
monasterio de Sant
Esteve de Banyoles en 822, en un precepto del mismo
Luis el Piadoso. |
Sant Esteve de Banyoles |
San Benito de Nursia y
san Benito de Aniano
Retablo de la abadía de
Saint-Guilhem-le-Désert |
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Los benedictinos no
disponían de una estructura organizativa jerárquica, los
monasterios eran y son independientes (el abad es el
Superior mayor) y sólo mantienen el vínculo de la Regla,
de todos modos han experimentado diversas formas de
asociación como las congregaciones por afinidad o
también basadas en su proximidad en el territorio. De
este modo, en época medieval, encontramos en Cataluña
casas afiliadas a grandes monasterios franceses como
San Víctor
de Marsella (Bocas del Ródano),
Lagrasse
(Aude) o
Saint-Pons-de-Thomières (Hérault), más adelante se
crearía la Congregación Claustral Tarraconense donde se
afiliarían gran parte de los monasterios catalanes
mientras que en el resto de la península se imponía la
Congregación de Valladolid a la que luego pasó a
depender el
monasterio de Montserrat. Más reciente fue la
creación de la congregación de Saint-Maur, con una
importante implantación en Francia en el siglo XVII y
hasta la Revolución.
Paralelamente, diferentes
interpretaciones y reformas en el seguimiento de la
Regla fueron impulsando el surgimiento de corrientes
específicas como Vallombrosa,
Gorze, la Camàldula o el mismo
Cluny (siglos X y XI)
que tuvo una expansión notable. En ese momento no se
habían organizado las órdenes monásticas como tal ni las
congregaciones, a pesar de todo, algunas de estas
corrientes han sido consideradas como órdenes, otras no
pasaron de simple asociación alrededor de una casa
central (Fleury...),
muchas veces la distinción entre un caso y el otro no es
nítida o ha variado con el tiempo. En el siglo XII una
segunda ola reformadora hizo surgir otros movimientos,
algunos de ellos ya considerados como órdenes con sus
estructuras organizativas propias y costumbres
específicas (Císter,
Grandmont...). En el
siglo XIII se institucionalizarían formalmente las
congregaciones, sistema que sigue activo en la
actualidad. |
San Benito de Nursia Ilustración del Liber Chronicarum (1493)
Bayerische Staatsbibliothek |
San Benito de Nursia Pintura
mural de San Benedetto in Piscinula (Roma) |
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La hegemonía benedictina fue inapelable en Occidente
hasta la aparición de las órdenes mendicantes, pese a
todo mantuvo su plena vigencia superando los golpes que
fueron sufriendo en lugares y épocas diferentes, hasta la
actualidad. En Cataluña la desamortización de 1835 llevó
a la desaparición de las numerosas casas masculinas que
en aquel momento aún mantenían su actividad y cambios
muy importantes en las femeninas. De los monasterios
históricos, se mantienen activas las casas de
Montserrat
(masculina), Sant Pere
de les Puel·les,
Sant Daniel de Girona y
Sant Benet de
Montserrat (estas últimas de monjas). |
El monasterio benedictino de
Sant Pere de Rodes (Alt Empordà) |
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La Regla de San Benito
Se considera a Benito de Nursia el autor de la regla
monástica que lleva su nombre, esta normativa sería
escrita en Montecasino a partir del año 530 reuniendo
sus propias experiencias enriquecidas con aportaciones
de otras recopilaciones normativas utilizadas en la
época, como las reglas agustinianas, las obras de Juan
Casiano y particularmente la Regla del Maestro. Aunque
se trata de una normativa interna que ayuda a llevar a
la práctica el estilo de vida basada en el Evangelio, la
obra de Benito tuvo una amplia difusión, las copias se
propagaron por todas partes y fueron aplicadas o
adaptadas en otros centros monásticos de Occidente
convirtiéndose en una de las claves fundamentales del
monacato, tanto el benedictino como en el seno de otras
órdenes que lo han tenido presente como referencia. El
uso de la Regla conviviría muchos años con otras
normativas, incluso dentro de un mismo monasterio, cabe
destacar que muchos cenobios disponían de suficiente
libertad como para adoptar la normativa interna según
sus conveniencias. Se considera que Gregorio Magno
(c540-604) introdujo la Regla en su monasterio del
Celio, en Roma, Gregorio escribió la vida de san Benito
y difundió el conocimiento de su obra. La intervención
de Benito de Aniano, ya en época carolingia, sistematizó
las normativas de las diferentes comunidades monásticas
y el uso de la Regla de San Benito se generalizó.
La Regla de San Benito consta de un prólogo y setenta y
tres capítulos donde se tratan desde las clases de
monjes (cap. 1), del abad, las virtudes del
monje, sus tareas, además de la administración interna
del monasterio y de la comunidad. |
Portada de la Regula
Compilatio
regulae S. Benedicti (1499)
Biblioteca Nacional de España |
San Benito de Nursia con unos monjes
Ilustración de un manuscrito de la
abadía
de Saint-Germain-des-Prés (París). S XIII
Bibliothèque nationale de France |
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Resumen de la evolución
histórica de los benedictinos |
El monasterio femenino de
Sant Daniel de Girona |
Sant Miquel de Cuixà (Conflent, Pirineos Orientales) |
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El santuario del Sacro Speco
(Lacio), antiguo monasterio vinculado a san Benito |
La abadía de
Saint-Benoît-sur-Loire (Loiret) |
Restos del
monasterio de San
Benito de Sahagún (León) |
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Bibliografía:
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Barcelona: Blume
- BENET DE NÚRSIA, CASSIÀ M. JUST (2006). Regla de Sant
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- COUSIN, Patrice (1956). Précis d’histoire monastique.
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- GREGORI EL GRAN (1931). Diàlegs. Vol. I. Barcelona:
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- HÉLYOT, Hippolyte (1718). Histoire des ordres
monastiques religieux et militaires et des congrégations...
Vol. 5. París: Coignard
- MASOLIVER, A lexandre (1978-81). Història del
monaquisme cristià. Vols. I, II i III. Barcelona: Pub.
Abadia de Montserrat
- RAMON I ARRUFAT, Antoni (1925). L’Orde Benedictina.
Monestir de Montserrat
- ROUX, Julie (2007). Les ordres bénédictins.
Vic-en-Bigorre: MSM |
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