Monasterio de Santa Maria de Montserrat

Aquella donación incluía las iglesias de Santa Maria, Sant Iscle, Sant Pere y Sant Martí, con sus términos. Hay que tener en cuenta que en aquella época también estaba en funcionamiento el lugar de Santa Cecília, en la misma montaña, que entonces tenía más atractivo para los devotos. Aunque es muy posible que esas iglesias fueran pequeños centros monásticos, Ripoll las mantenía como simples propiedades, como tantas otras. Oliba, abad de Ripoll, se vio obligado a reclamar la propiedad de las iglesias ante los intentos de Santa Cecília de apoderarse de ellas. Este hecho propició que Santa Maria de Montserrat tuviera un cierto desarrollo monástico.

En el siglo XIII aún dependía de Ripoll con quien tuvo ciertos enfrentamientos. El prior de Montserrat era elegido directamente desde ese monasterio. En 1287 el papa nombró a Bernat Salvador, monje de la abadía de Lagrasse (Languedoc), nuevo prior de Montserrat, sin intervención de Ripoll, esta independencia era aparente, ya que a la muerte de Bernat Salvador tanto el papa como Ripoll nombraron por el su cuenta un sucesor, el conflicto con la duplicidad del cargo fue resuelto por el arzobispo de Tarragona, dejando las cosas como estaban: el sometimiento a Ripoll. El prior Vicenç de Ribes fue nombrado cardenal y, al parecer, a instancias suyas se consiguió que en 1409, el papa Benedicto XIII erigiera Montserrat en abadía independiente.

Todo ello se perdió con el incendio y destrucción causados a raíz de la guerra de la Independencia (1811-12) y los robos posteriores. Se intentó reconducir la situación, pero los monjes se vieron obligados a dispersarse y no pudieron regresar hasta 1824. Después, la desamortización despojó al monasterio de sus propiedades, que fueron subastadas. La comunidad regresó en 1844 y el papa nombró en 1862 a un nuevo abad, desvinculándolo de San Benito, que también había desaparecido. Desde ese momento, y aún en la actualidad, depende de la congregación benedictina de Subiaco. Es un centro muy importante para el desarrollo de la vida religiosa y ciudadana de Catalunya. Los restos más antiguos del monasterio que se han encontrado habría que fecharlos hacia el siglo XI, también se conserva un portal del siglo XII. Aparte de la iglesia y el claustro, la mayor parte de construcciones deben situarse entre los siglos XIX y XX.