Monasterio de San Benito el Real de Valladolid

En 1390, la casa empezó su actividad en condiciones precarias, no había conseguido el número mínimo de monjes que debía formar la comunidad ni disponía de las condiciones adecuadas para su actividad, se había adaptado una capilla del alcázar, dedicada a San Ildefonso, como iglesia monástica. Este monasterio había adoptado el seguimiento de una observancia especialmente estricta, además, consiguió que otros centros monásticos se sumaron a ello y también la adoptaran. En 1500, bajo de abadiato de Pedro de Nájera, se celebró un capítulo general de los monasterios seguidores de las mismas costumbres, donde se constituyeron en una congregación, dando un nuevo impulso a la iniciativa.

Durante los siglos XVII y XVIII se realizaron aún más intervenciones arquitectónicas, ampliándolo y mejorándolo. La decadencia llegó con el siglo XIX, primero la guerra de la Independencia (1809), cuando fue ocupado y sufrió graves destrozos. En 1835 llegaría la exclaustración definitiva y la dispersión de su patrimonio mobiliario, la comunidad tuvo que dejar el monasterio, pero la iglesia continuaría abierta al culto para los servicios parroquiales, pero en 1837 también cerraría y perdería o se dispersaría su mobiliario. En 1892 se reabrió la iglesia y, en 1897, llegó una comunidad de carmelitas descalzos que se mantiene en lo que queda del antiguo monasterio benedictino, especialmente la iglesia, los otros edificios monásticos han sido adaptados para otros usos.