Benito
nació hacia el 750 en el seno de una familia
noble visigoda, su padre servía en la corte
y él también entró, en la época de Pipino el
Breve y de Carlomagno, Witiza (era su
nombre) participó en una expedición militar
en Italia. Después de salvar a su hermano y
él mismo de morir ahogados, se retiró de la
corte y entró en la abadía de Saint-Seine
(Côte-d'Or) donde tomó el hábito y cambió su
nombre por el de Benito. Aquí estudió
profundamente la Regla de San Benito e
intentó su reforma, sin éxito. En 780 dejó
aquella abadía para establecerse en
Aniane donde pudo desarrollar sus ideas,
más estrictas en cuanto a la práctica del
monaquismo y que se oponían a la situación
general de los monasterios de la época
sometidos a intereses externos o
particulares de sus fundadores y dirigentes.
El resultado de aquella experiencia fue el
monasterio de
Saint-Sauveur de Aniane (Hérault).
Después fundó o restauró nuevas casas como
Menat (Puy-de-Dôme),
Saint-Savin-sur-Gartempe (Viena),
Saint-Guilhem-le-Désert (Hérault),
Marmoutier (Maursmünster, Bajo Rin), entre
muchas otras. |
La iglesia actual de
Sant Salvador d'Aniana |
El año 814, con el apoyo de
Luis el Piadoso, fundó la abadía de Kornelimünster (Inden), cerca de
Aquisgrán, la capital del imperio. En 817 el sínodo de Aquisgrán
impulsó la reforma de las casas monásticas que intentaba unificar
las normas y reglas por las que se regían. Luis el Piadoso encontró
en Benito de Aniane la persona adecuada en llevar a la práctica y
coordinar esa empresa, que se extendió sobre todo por Francia y
Alemania. Del trabajo de Benito salió una recopilación de normas y
códigos que, basados en el espíritu de san Benito de Nursia, se
extenderían por todas partes. Benito de Aniane murió en 821 en el
monasterio de Inden, donde fue enterrado.
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