Convento de frailes servitas fundado en Vila-rodona 1599 en un acto en el que intervinieron los representantes de la villa y Cristóbal de Borja, vicario general de la orden servita, con el apoyo del obispo de Barcelona. En aquella operación les fue entregada una iglesia preexistente, dedicada a Sant Llorenç.
El convento se menciona con esta advocación de Sant Llorenç y también con la de la Mare de Déu dels Dolors. Hay constancia de importantes trabajos de construcción, tanto en la iglesia como en el convento, efectuados en el transcurso de la segunda mitad del siglo XVIII. Sufrió especialmente los efectos del Trienio Liberal, cuando la casa fue saqueada. Con la exclaustración de 1835 quedó abandonado, con la iglesia muy deteriorada y el convento derruido, incluso se utilizó temporalmente como cementerio. No hay restos aparentes de las dependencias conventuales pero la iglesia conserva aún buena parte de sus estructuras
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