Monasterio de Santa Clara de Tordesillas
Santa María la Real de Tordesillas
(Tordesillas, Valladolid)
El monasterio de las clarisas de Tordesillas tiene su origen en un palacio levantado por Alfonso XI de Castilla para recordar la batalla del río Salado (1340), en cuyo lugar residió Leonor de Guzmán (1310-1351), amante del rey, y una vez ésta murió, pasó a manos de la reina viuda María de Portugal (1313-1357), finalmente fue propiedad de María de Padilla († 1361), amante de Pedro I el Cruel (1334-1369).
En 1362, Pedro I dejó el palacio a las clarisas en testamento, con el fin de establecer un nuevo monasterio de aquella orden. El convento fue fundado por la infanta Beatriz de Castilla en 1363 con el visto bueno real y una bula papal que lo autorizó en 1365. A pesar de ese cambio, que significó la conversión del palacio real en convento, el monasterio no se desvinculó de la corona, a su lado se levantaría un nuevo palacio y los reyes siguieron muy vinculados a Tordesillas, favoreciendo a la comunidad.
Para las nuevas funciones de la casa, se adaptó el palacio como monasterio utilizando una capilla provisional (el Coro Largo) hasta que se levantó a su lado la iglesia monástica, a finales del siglo XIV y principios del XV. En esta misma época, la casa se reformó en cuanto a la observancia, introduciendo normas más estrictas y llegando a formar una congregación que gozaba de cierta independencia, hasta que, a principios del siglo XVI se incorporó a la observancia regular de lo orden de las clarisas. En 1509, la reina Juana I de Castilla (Juana la Loca) fue recluida en el palacio del monasterio, donde permaneció, prácticamente aislada, hasta su muerte, en 1555.
Fue un monasterio con una comunidad muy amplia gracias al patronaje real, lo que también permitió eludir los efectos de las desamortizaciones, tampoco sufrió los efectos de la ocupación francesa, en 1808. Globalmente, se trata de una construcción con elementos decorativos del estilo mudéjar, a pesar de las modificaciones efectuadas en el primitivo palacio para adaptarlo como casa monástica y las sucesivas reformas que se fueron haciendo, el conjunto conserva muchos elementos antiguos y un amplio y valioso mobiliario, que gracias a sus singulares características de protección, se han podido conservar.
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