Este monasterio es una pieza clave del período fundacional de la orden monástica de San Jerónimo, éste se formó a partir de varios núcleos eremíticos, entre ellos, el de Nuestra Señora del Castañar (Mazarambroz, Toledo) que en 1366 ya se había trasladado a Villaescusa (Orusco de Tajuña, Madrid) y al año siguiente a San Bartolomé de Lupiana (Guadalajara). En ese proceso intervinieron personalidades diversas, entre ellas, Fernando Yáñez de Figueroa y Pedro Fernández Pecha, un antiguo funcionario real que se retiró como eremita.
Fachada de la iglesia
El traslado de aquellos eremitas a Lupiana se habría efectuado por la conveniencia del nuevo lugar, propiedad de la familia de Pedro Fernández Pecha, donde se había erigido una capilla dedicada a san Bartolomé. Por eso obtuvieron la oportuna licencia del arzobispo de Toledo, Gómez Manrique. En este lugar mantendrían la vida eremítica y la capilla de San Bartolomé se utilizaba para las ceremonias comunes, pero pronto empezaron a modificar su estilo de vida, dejando la práctica del eremitismo en beneficio de la vida cenobítica. En 1373 el papa Gregorio XI aprobó oficialmente la orden, dándoles la regla de San Agustín, en 1374 el eremitorio se transformaría en monasterio y comenzó la construcción de las pertinentes dependencias monásticas, con la construcción del primer claustro. En los años siguientes, desde este monasterio se fueron creando otros, algunos de ellos en otros eremitorios que se habían desarrollado de forma paralela a éste, generando una rápida expansión de la orden.
Para esa expansión, y para la construcción del monasterio, los jerónimos contaron con el apoyo económico de la casa de los Mendoza, de Guadalajara, y en los años siguientes se fue construyendo el gran monasterio. La casa fue la sede de la dirección de la orden, el lugar en el que se celebraba periódicamente el Capítulo General jerónimo. Gracias a su posición, gozó de un amplio período de prosperidad que se prolongó hasta el siglo XVIII, las adversidades llegaron en el siglo XIX, a pesar de no sufrir significativamente los efectos de la guerra de la Independencia, en 1836 el monasterio fue suprimido a causa de la desamortización, los frailes tuvieron que abandonarlo y sus bienes se fueron perdiendo, sea por venta de las fincas o por el abandono de los bienes muebles, archivo y biblioteca. Se conserva buena parte de las estructuras del monasterio, entre las que destaca el gran claustro proyectado por Alonso de Caovarrubias, en 1535. La iglesia del siglo XVII quedó muy afectada por el derrumbe de su bóveda.
Portal de la iglesia
Interior de la iglesia
Claustro
Claustro
Claustro
Claustro
Claustro
Bodega
Sepulcro de Aldonza de Mendoza (†1435)
Museo de Guadalajara
Consejería de Educación, Cultura y Deportes
Claustro
Genaro Pérez Villaamil
Publicado en España Artística y Monumental (1865)
- HERRERA, Antonio (1974). Monasterios y conventos en la provincia de Guadalajara. Guadalajara: I.C. Marqués de Santillana
- HERRERA, Antonio (1997). Monasterios medievales de Guadalajara. Guadalajara: Aache
- MATEOS, Isabel; i altres (1999). El arte de la orden jerónima. Historia y mezenazgo. Iberdrola
- QUADRADO, Jose Maria; i altres (1886). España, sus monumentos y artes, su naturaleza e historia. Castilla La Nueva. Vol. II. Barcelona: Cortezo
- REVUELTA, Josemaría (1982). Los jerónimos. Guadalajara: I. P. C. Marqués de Santillana
- SIGÜENZA, José de (1907). Historia de la orden de San Jerónimo. Tomo 1. Madrid: Bailly Baillière
- ZOLLE BETEGÓN, Luis (1996). El Monasterio de San Bartolomé de Lupiana. Precisiones en torno a su construcción. Archivo Español de Arte, núm. 275
Lupiana se encuentra al este de Guadalajara