No se ha
podido datar de forma segura la fundación del monasterio
de Santa Juliana, pero todo hace pensar que habría que
situarla a finales del siglo IX o principios del X,
aunque no es hasta el 930 que menciona esta casa de
manera indirecta. A partir de ese momento empiezan a
encontrarse donaciones a favor del monasterio, lo que
indica su plena actividad. Fue en aquella época
fundacional que llegarían unos monjes portadores de las
reliquias de santa Juliana que serían veneradas en
la abadía. Tampoco se conoce la regla que habrían
seguido aquellos primeros monjes, seguramente la de San
Fructuoso, aunque el 980 se encuentra una regulación de
la vida comunitaria por medio de un pacto entre el abad
y la comunidad. |
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Durante
los siglos XI y XII se suceden las donaciones a favor de
esta casa y también las compras efectuadas de manera
directa, lo que demuestra un cierto poder económico. A
mediados de este siglo se construiría el claustro
actual. En un momento indeterminado, aunque seguramente
se desarrollaría en un amplio periodo de tiempo, el
monasterio se transformó en canónica, cambio que ya se
habría llevado a cabo de manera completa en 1196. En
adelante se habla de un capítulo de canónigos.
Posiblemente se trataría de una canónica seguidora de la
regla de San Agustín, pero la falta de dependencias
comunitarias hace pensar en su secularización y que los
canónigos no tendrían vida comunitaria y mantendrían sus
asuntos económicos personales. Aquella colegiata se
mantuvo durante años, hasta que con la creación de la
diócesis de Santander, en 1754, desapareció de hecho,
aunque se mantuvo nominalmente hasta su extinción, en
1852. |
Santa Juliana de Santillana
del Mar |