Este lugar
es un lugar de culto desde el siglo VI, se tiene noticia
de una primera iglesia dedicada a san Pedro que se
levantó sobre una necrópolis en época del obispo de
Rouen san Audoeno (Ouen, c600-684) y donde él mismo
sería enterrado a su muerte. Esto hizo cambiar la
advocación inicial por la de Saint-Ouen. Aunque la
tradición dice que el monasterio fue fundado por el
mismo Audoeno, seguramente es de época carolingia,
establecido bajo el episcopado de Remi (755-771).
Después sería destruido a causa de las invasiones
normandas (842), cuando los monjes se vieron obligados a
huir llevándose los bienes más preciados, entre los
cuales las reliquias de san Audoeno. La casa quedaría
abandonada o bajo mínimos durante muchos años y las
reliquias depositadas en
Saint-Germain-des-Prés y otros lugares hasta su
devolución, el 918. |
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Portada principal de
Saint-Ouen, restaurada en el siglo XIX |
Sant Audoeno, el fundador,
representado en el parteluz del portal de Marmousets |
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La abadía se restauró
una vez instaurado el ducado de Normandía, los primeros duques
participaron en la construcción de un gran conjunto monástico. En el
siglo X, Ricardo I de Normandía pidió a
san Mayeul de
Cluny que interviniera en la reforma monástica de algunas casas
normandas, entre ellas ésta, que deberían adaptarse a las
costumbres cluniacenses. La
Gallia Christiana menciona a Hildebertus (muerto en 1006) como el
primer abad del monasterio restaurado. Saint-Ouen fue víctima del
fuego en varias ocasiones: 1136, 1211, 1248 y 1318. El último fue
devastador y desde ese momento se trabajó en levantar una gran
iglesia gótica, la construcción de la cual se prolongó en el tiempo
y no se terminó hasta el 1549. |
Iglesia de Saint-Ouen |
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