Se trata
de un monasterio benedictino fundado hacia el 1020
gracias a la participación de Guillaume I de Bellême y
del abad Gauzlin (1004-1030) de Saint-Benoît-sur-Loire
(Loiret) quien envió a Guillaume como primer abad de
Lonlay. Desde su fundación la nueva abadía fue provista
de bienes diversos que se extendían por el territorio e
incluso por las islas Británicas, donde tenía algunos
prioratos. Se considera que la casa sufrió los efectos
de la guerra de los Cien Años, después vendría la
entrada del régimen de abades comendatarios. Un gran
incendio en 1533 y las guerras de Religión dejaron el
monasterio en decadencia. Con la llegada de la
congregación de Saint-Maur (1657) no se logró su plena
recuperación. La iglesia monástica conserva sólo el
transepto románico y el coro gótico, la nave se habría
perdido hacia el siglo XV. El resto de dependencias se
restauraron en época maurista. |
|