Fue el
obispo de Metz Teodorico I (965-984) quien patrocinó la
fundación de este monasterio, éste otorgó derechos y
beneficios a la casa y también le entregó un importante
número de reliquias que ayudarían a incrementar su
prestigio y a la llegada de devotos con el consecuente
incremento de ingresos, Teodorico había conseguido estas
reliquias, especialmente la de santa Lucía, gracias a
las relaciones de parentesco que tenía con el emperador
Otón I (912-973). La buena situación financiera facilitó
que en 1248 comenzara la construcción de una nueva
iglesia monástica, plenamente gótica. El 1376 se
consagró la nueva iglesia aunque todavía conservaba la
antigua fachada, que no sería renovada hasta mucho más
adelante, en 1736, después de haber sufrido un grave
incendio el 1705. Después de la Revolución la iglesia se
convirtió en parroquial mientras que las dependencias
monásticas sirvieron de cuartel y después de escuela. |
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