Este es
uno de los antiguos monasterios de la actual Francia, el
origen del lugar hay que buscarlo en una antigua
construcción de época galorromana (siglo IV) que se
considera que formaba parte de un complejo termal. A
mediados del siglo V aquel edificio resultó afectado por
las invasiones bárbaras y quedó abandonado. Según el
relato hagiográfico de la vida de santa Valdrade, a
finales del siglo VI se recuperó este espacio para
establecer un monasterio femenino, impulsado por el
noble Eleuterio que puso a una pariente suya, Valdrade,
el frente de la nueva comunidad. No es hasta la época de
Carlomagno que se encuentra documentada esta casa, el
año 781, bajo la advocación de san Pedro. En época
carolingia disfrutó de un largo período de prosperidad
pero en el siglo X sufrió problemas en cuanto a la
observancia y hubo de intervenir el obispo Adalberón II
(984-1005) que reformó la casa tanto en la vida regular
como también en la restauración y modificación de la
iglesia, hacia el 990-995. El monasterio quedó dañado
durante el sitio de Metz de 1552 y las monjas lo
tuvieron que abandonar, en ese lugar se construyó una
ciudadela militar (1556 a 1562) y la iglesia perdió su
función y pasó a formar parte de las dependencias
militares. Actualmente se ha restaurado. |
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