Fundada entre los años 1137 y 1138 desde la abadía
cisterciense de Cherlieu (Alto Saona) por Gérard, señor
de Picquigny, quien entregó unas tierras en este lugar
para la nueva casa, en el mismo acto el fundador la dotó
económicamente. La fundación fue confirmada el año 1138
por el obispo Guarinus de Amiens, el primer abad fue
Mainard. En 1153 el Papa Eugenio III confirmaba también
la fundación de Gard y le otorgaba algunos beneficios.
El fundador aún hizo nuevas donaciones a la casa hasta
su muerte, ocurrida en el año 1178, fecha en que fue
enterrado en la misma abadía. Las donaciones se fueron
sucediendo durante las décadas siguientes, de modo que a
finales del siglo XIII había acumulado un importante
patrimonio. |
Abadía del Gard
Fachada de la iglesia del siglo XIX |
Cistercienses
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A mediados
del siglo XIV el territorio fue víctima de las guerras y
la comunidad de Gard se refugió en Amiens, en la casa
que el monasterio mantenía allí, en 1358 la ciudad fue
atacada por los navarros que fueron introducidos en el
interior de las murallas, se cree que con la ayuda del
abad Nicolas de Gard, que fue decapitado. La época de
guerras afectó sus finanzas, y entre otras cosas se vio
obligada a deshacerse del Petit-Gard, una residencia que
tenían en Abbeville, y cederla a sus acreedores. La vida
monástica continuó hasta la Revolución, cuando la casa,
donde hacía poco que se habían hecho reparaciones de
importancia, fue suprimida definitivamente. El lugar
pasó a manos particulares y buena parte de las
estructuras se derribaron, entre ellas la iglesia, para
convertirlo en una explotación agraria. |
Abadía del Gard |
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En 1816 el
lugar recuperó sus funciones monásticas con la llegada
de una comunidad trapense que estuvo aquí hasta el 1842,
cuando se trasladaron a
Sept-Fons (Allier). Después aún tuvo otros
ocupantes, entre ellos una comunidad de cartujanas (de
1870 a 1905). Actualmente se ha adaptado nuevamente con
la construcción de varias viviendas. |
Abadía del Gard |
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