La
fundación de este monasterio la impulsaron los condes de
Anjou, Geoffroy II y su esposa Inés de Borgoña, cerca de
un supuesto monasterio anterior (Sancta Maria Rotunda).
Se levantó una amplia iglesia románica, que se conserva
con modificaciones, consagrada en el año 1047 el mismo
año de la fundación. La primera abadesa de la comunidad
de monjas benedictinas fue Constance (1047-1061). Esta
casa recibió protección de la monarquía y de la nobleza
y en el siglo XII ya se había convertido en un
importante centro de poder. En 1242, a raíz de la
batalla de Taillebourg, la ciudad Saintes quedó situada
en zona de frontera, ante los territorios de dominio
inglés y en 1327 sufrió los efectos de la guerra de los
Cien Años aunque manera leve considerando su situación y
en comparación con otros lugares e instituciones de su
entorno. Además a mediados de aquel siglo sufrió un
episodio de peste. Una vez pasados los acontecimientos
bélicos, la casa fue restaurada. |
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El siglo
XVI viene marcado por las guerras de Religión que también afectaron
el monasterio, que volvió a verse poco afectado por los
enfrentamientos, pero lo que no hicieron las guerras sucedió durante
la primera mitad del siglo XVII cuando la casa fue víctima de dos
incendios (en los años 1608 y 1648), lo que obligó a la
reconstrucción de buena parte de las dependencias monásticas. La
vida conventual terminó con la Revolución, después de un periodo de
decadencia, en 1792. Una vez abandonado el lugar, llegó su
destrucción parcial, fue utilizado como cárcel y cuartel, durante el
siglo XX se fue recuperando y restaurando, la iglesia volvió a tener
culto en 1942 y ahora el monasterio se utiliza para actividades
musicales. |
La zona del desaparecido
claustro |