Los
capuchinos llegaron
a Guimarães en 1662 y en 1664 se puso la primera piedra
del convento que se tenía que levantar de nueva planta
utilizando piedra del castillo, palacio condal y
murallas, lo que provocó la oposición de la población.
En 1668 los capuchinos ocuparon ya la nueva casa,
dejando la capilla de São Miguel do Castelo que habían
ocupado provisionalmente desde su llegada. A mediados
del siglo XVIII se reedificó completamente la iglesia.
Los frailes se mantuvieron en ese lugar hasta el 1833
cuando se clausuró el establecimiento monástico. En 1842
los edificios fueron adquiridos en subasta por la Santa
Casa da Misericordia, institución fundada a principios
del siglo XVI, para hacer un nuevo hospital, esta
institución todavía conserva el lugar. |