Canónica de Santa Maria de la Seu d'Urgell
Sancte Marie Sedem Hurgellemsen / Sedis Urgellensis / Orgellia / Catedral de la Seu d'Urgell / Seo de Urgel
(la Seu d'Urgell, Alt Urgell)
El obispado de Urgell es de origen muy antiguo, se tiene constancia de su existencia, al menos, desde el siglo VI, cuando el obispo Just asistió a un concilio en Toledo, en el año 531. El centro episcopal de Urgell estaba situado inicialmente en Castellciutat pero luego se trasladó al lugar actual, los motivos del desplazamiento no estan muy claros pero seguramente influyeron dos factores, uno sería la ocupación islámica del territorio, con la muerte del obispo Nambad (hacia el 731) que terminaría con la destrucción de la sede episcopal el 793 por una razia, la otra sería la cuestión del obispo Félix.
Pese a la presencia sarracena en el territorio, la vida del obispado continuó su desarrollo, con lagunas y el contratiempo del asunto del obispo Fèlix (786-799) defensor la doctrina adopcionista condenada por la Iglesia como una herejía. Fèlix se enfrentó al poder carolingio y acabó depuesto y exiliado, el siguiente obispo conocido fue Possedoni (814-823). El obispo Sisebuto (833-840) consagró una nueva catedral en el lugar actual, en esta época recibía de Luis el Piadoso y del conde Sunifred varias posesiones en un amplio territorio lo que permitió la consolidación del poder episcopal hasta convertirse en el centro de un extenso patrimonio feudal, con reconocida autoridad sobre la región, que se fue ampliando con la recuperación de nuevos territorios ocupados por los sarracenos, al sur.
Al mismo tiempo se impulsó el desarrollo de una canónica aquisgranense, aunque la comunidad podría tener su origen en época visigótica. El 817 tuvo lugar el concilio de Aquisgrán donde se obligó a la adopción de una regla común para estas comunidades dentro de los dominios carolingios, seguramente el 826 la canónica de Urgell ya la habría adoptado. La canónica tenía un poder considerable, encargándose de la elección del obispo, al frente de una institución muy poderosa.
La comunidad canonical debió pasar por un período de decadencia, hasta que fue restaurada por el obispo Ermengol, el 1010, y a finales de ese siglo adoptó la Regla de San Agustín. Uno de los personajes de más renombre de esta diócesis fue precisamente san Ermengol (obispo entre 1010 y 1035), hijo de los vizcondes de Conflent; este, además de restaurar la canónica, impulsó la construcción de una nueva catedral (consagrada en 1040) y de la iglesia anexa de San Miguel. Reorganizó administrativamente el obispado y reunió las bulas papales reconociendo los derechos señoriales sobre el territorio. Es venerado como santo desde poco después de su muerte.
Uno de sus sucesores fue el obispo Ot, de la familia de los condes de Pallars, nombrado obispo en 1095, en los últimos años fue la vez abad de Santa Maria de Gerri (Pallars Sobirà) monasterio que favoreció particularmente. Murió y fue enterrado en ese lugar, san Odón (Ot) levantó de nuevo la catedral, el actual edificio del siglo XII; el motivo de esta última construcción fue el mal estado en que se encontraba el edificio de la época de Ermengol. Esta obra estaría prácticamente terminada a finales del siglo XII; precisamente el 1195 la ciudad fue atacada y la catedral saqueada.
La vida de la canónica discurrió de forma paralela a la del obispado hasta que fue secularizada en 1622. A mediados del siglo XIX el obispado perdió sus poderes de origen feudal, excepto los correspondientes a Andorra que actualmente aún ejerce. La catedral sufrió pocas modificaciones, un añadido que tapaba el campanario, decoración barroca en el interior... En las diferentes restauraciones llevadas a cabo desde el comienzo del siglo XX se ha recuperado el edificio románico. El claustro es también una importante obra románica, quizás de finales del siglo XII, o comienzos del XIII. Conserva tres de las cuatro galerías; la de levante se perdió en una desdichada modificación.
Junto a la catedral, donde ahora se encuentra la iglesia de Sant Domènec, en la época de San Ermengol se alzaba la iglesia de Sant Miquel, con su propia canónica, que más adelante quedaría unida a la catedralicia. Dentro de este conjunto de edificaciones, cabe mencionar también la iglesia de Sant Pere (ahora bajo la advocación de Sant Miquel), erigida en tiempos del obispo Ermengol sobre una construcción anterior. Aún se conserva ese edificio, aunque restaurado.
Entre las numerosas piezas y mobiliario procedentes de la catedral que aún se conservan, cabe destacar el Beato de Urgell (Comentario al Apocalipsis de Beato de Liébana), una notable obra que ha sido fechada en el último cuarto del siglo X, y que ya constaba inventariada en la catedral en 1147.
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