Convento de Sant Agustí de Torroella

Durante la primera mitad del siglo XIX sufrió los efectos de la situación social de la época que incidió particularmente en el conjunto de los monasterios y conventos del país. Durante la guerra de la Independencia el lugar fue desalojado y ocupado militarmente, en 1820 y durante el Trienio Liberal la casa acogió a las comunidades agustinas de Girona y de Castelló d'Empúries, pero lo tuvieron que abandonar en 1822. En 1835 fue exclaustrado definitivamente, con una comunidad que en ese momento sólo tenía 7 u 8 frailes. Cuando en 1899 Barraquer visitó el lugar, la iglesia era un almacén de madera, el convento se había convertido en una escuela y la capilla de Els Dolors continuaba activa, sería incendiada en 1936 y su lugar ahora la ocupa una plaza.