Façana sud
La iglesia de Sant Feliu es conocida desde muy antiguo gracias a la devoción suscitada por las reliquias del mártir Feliu el Africano, enterrado en este lugar que con el paso del tiempo sería ocupado por la iglesia. Más adelante se añadió la devoción a san Narciso; en 1002 el papa Silvestre mencionaba las reliquias de este santo, que se veneraban en Gerona.
Con el paso del tiempo esta devoción se fue afianzando y se reunió una comunidad de canónigos alrededor de la figura del santo y del espacio de devoción desarrollado en el lugar de su martyrium. La evolución de la canónica de Sant Feliu está llena de interrogantes y se confunde con la de la Catedral. Se ha supuesto la existencia de dos canónicas en Sant Feliu, una de origen visigótico y la segunda, la de Santa Maria, impulsada por los carolingios después de que en 785 se hicieran cargo de la ciudad. Inicialmente, era la sede catedralicia y residencia el obispo, en este sentido todavía se conserva en Sant Feliu el epitafio del obispo Serfdedéu, del 906.
Feliu de Girona, Félix, o Feliu el Africano
San Feliu es un mártir gerundense de origen norteafricano que murió, seguramente en el actual barrio del Mercadal de Girona, durante las persecuciones de Diocleciano, a principios del siglo IV. Fue enterrado extramuros, lugar donde se levantó una primitiva construcción, o martyrium, en su memoria. Aquel templo funerario se iría ampliando con el paso del tiempo hasta la actual basílica de Sant Feliu, cercana al portal de Sobreportes.
El martirio del santo, ilustración de La llegenda àuria
Bibliothèque nationale de France
La fachada occidental, barroca
También es impreciso el traslado de la comunidad de canónigos de Santa Maria a la catedral levantada intramuros, seguramente influyó el hecho de que Sant Feliu estuviera situado fuera de la muralla, con los inconvenientes que ello representaba, esa separación quizá se podría situar alrededor del 1020. En 1038 se consagró la catedral de Santa Maria y seguramente en ese momento en su entorno se desarrollaría la sede canonical, aunque seguramente ya tendría actividad en el siglo X.
El primer abad conocido de la canónica de Sant Feliu es Teudesind, mencionado en 949. A pesar de ser independientes, la comunidad de Sant Feliu estaba muy relacionada con la de Santa Maria, incluso en 1337 se vieron con la obligación de prohibir la pertinencia a ambas comunidades al mismo tiempo. La pujanza del lugar empezó a declinar a partir del siglo XVI hasta que en 1835 se extinguió y pasó a parroquia. La actual iglesia de Sant Feliu es una obra gótica, un edificio que se levantó durante el siglo XIV sobre otras construcciones de época anterior, desde el modesto martyrium, ampliado posteriormente, especialmente durante el siglo XII y XIII, y en época barroca.
Portal norte
Fotografía de autor desconocido (1910)
CRDI Ajuntament de Girona
Els sepulcros del presbiterio
En el presbiterio de Sant Feliu se encuentra un valioso conjunto de ocho sarcófagos empotrados en los muros y que tradicionalmente se considera que fueron recuperados en el mismo lugar de la iglesia, donde había una antigua necrópolis. Cabe mencionar el conocido como Sarcófago de Sant Feliu, antes situado en un altar y trasladado hasta este lugar en 1943. En una capilla lateral también se conserva el Sarcófago de la familia Sitjar, con dos ángeles sosteniendo un sol, que lleva una inscripción fechada en 1214, antes estaba en el exterior, junto a la portada sur.
Sarcófago de Sant Feliu
Ilustración de España Sagrada. Vol 45
Sarcófago de Sant Feliu
Ahora empotrado en el muro del presbiterio
Sarcófago del rapto de Proserpina. Vol 45
Sarcófago con escena de caza (detalle)
Sarcófago de la familia Sitjar
Retablo del altar mayor, dedicado a sant Feliu
Entre los años 1504 y 1520 se construyó un gran retablo, que presidió el presbiterio hasta que fue desmontado en 1936 y que ahora se conserva dividido, buena parte en el Museu d’Art de Girona y otros elementos remontados en un mueble de dimensiones más modestas aún conservado en Sant Feliu. En su elaboración participaron varios artistas: Joan Venetrica, Pere Robredo y Joan d'Aragó fueron los autores de las esculturas. Las tablas pintadas más pequeñas de la predela son obra de Pere de Fontanes. Juan de Borgoña fue el autor de las seis grandes tablas con escenas de la vida y martirio de san Félix, que realizó entre los años 1518 y 1520.
El retablo mayor antes del 1936
Fotografía de Foto Lux (1930)
CRDI Ajuntament de Girona
Parte del retablo mayor conservado in situ
Sant Feliu predicando en Girona
Compartimento del retablo mayor
Joan de Borgonya (1518-1520)
Museu d'Art de Girona
Sant Feliu ante el tirano Rufino
Compartimento del retablo mayor
Joan de Borgonya (1518-1520)
Museu d'Art de Girona
Sant Feliu arrastrado por los caballos
Compartimento del retablo mayor
Joan de Borgonya (1518-1520)
Museu d'Art de Girona
Sepulcro de Sant Narcís
Juan de Tournai ejecutó entre 1326 y 1328 el Sepulcro de Sant Narcís, que aún se conserva en la iglesia. Está formado por la imagen yacente del santo, sobre la tapa del sepulcro, y de una serie de escenas de su vida en el frontal. Esta pieza tenía una abertura en la parte trasera por la que se podía ver el cuerpo del santo y que se cerraba con una tapa de madera policromada, que se conserva en el Museu d’Art de Girona.
Sepulcro de Sant Narcís
Tapa del Sepulcro de sant Narcís
Museu d'Art de Girona
Detalle del Sepulcro de Sant Narcís
Santo entierro
Aloi de Montbrai contrató a un grupo con un Santo entierro del que destaca la figura de Cristo muerto, obra situada a mediados del siglo XIV y que se considera que elaboró Jaume Cascalls, socio suyo.
Cristo del Santo entierro
Museu d'Art de Girona
La capilla de Sant Narcís y el claustro perdido
La canónica también disponía de un claustro románico, derribado en el asedio de 1285 y reconstruido en el siglo XIV, ya gótico, y derribado de nuevo por motivos defensivos en 1374, quizás las arcadas de la fachada sur procedan de este lugar. Ahora ese espacio lo ocupa la capilla de Sant Narcís, del siglo XVIII.
La capilla de Sant Narcís
Obras conservadas fuera de la basílica
En el Museu d’Art de Girona se conserva una arqueta con plaquetas de marfil, posiblemente de origen siciliano y que pertenecía a la canónica de Sant Feliu. También de la misma procedencia y situación actual es el Homilario de Beda, un valioso manuscrito iluminado, posiblemente obra del escritorio de Ripoll o Vic, que se sitúa cronológicamente en la segunda mitad del siglo XI.
Arqueta de marfil (s XIII)
Museu d'Art de Girona
El Homiliario de Beda
Museu d'Art de Girona
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En el centro de la ciudad, separada de la catedral pot el portal de Sobreportes