Convento de Sant Josep de Balaguer

El fundador estaba muy vinculado a la orden descalza (entre otras cosas, había financiado un retablo para el convento de Lleida) a su muerte, en 1678, su esposa obstaculizó la donación, por otra parte también se opusieron las otras órdenes ya existentes en la ciudad, con pleitos incluidos, resueltos siempre a favor de la comunidad de carmelitas. La llegada de los frailes no resultó fácil pero pudo salir adelante gracias a otro legado, este del notario Josep Trilla. El convento se empezó a levantar en unos terrenos del propio Josep Roger. Mientras se llevaba adelante la obra, los frailes se establecieron en una casa particular, propiedad de Gaspar de Portolà, donde la comunidad tomó posesión del lugar el 18 de agosto de 1678.

Con la guerra de la Independencia la comunidad, ya muy reducida, quedó muy afectada y dejó de existir con la exclaustración. En 1840 pasó a ser la parroquia de Sant Josep, poco después, entre 1845 y 1868, fue ocupado por las monjas clarisas de Almatà. Más adelante se utilizó como cuartel de la Guardia Civil. El culto y la parroquia se trasladaron a la cercana iglesia de la Purísima. En 1996 se derrumbó la cubierta de la iglesia y se optó por terminar de derribarla totalmente. En el solar del convento se ha levantado el Museo de la Noguera y el Archivo Comarcal.