Este lugar recibe del nombre de una antigua casa señorial que era propiedad del conde Wifredo el Velloso, de ahí el nombre de Palau que aún mantiene. El 943 el conde Sunyer, hijo del anterior, hizo donación del palacio, y posiblemente de una iglesia anexa, al monasterio de Santa Maria de Ripoll (Ripollès).
Ripoll mantuvo el lugar de Palau como una de las muchas posesiones de tipo rural que tenía, pero entre los años 1080 y 1090 creó aquí una pavordía con la residencia del pavorde desde donde se administraban los bienes que Ripoll tenía en las cercanías, además de acoger a los monjes cuando viajaban a Vic o Barcelona. Junto a la capilla y palacio se desarrolló una pequeña población conocida también con el mismo nombre de Palau. El 1353 y a raíz de una revuelta, el lugar fue incendiado y el pavorde tuvo que refugiarse en Ripoll, no regresaron jamás. Parece que la capilla se salvó del incendio y siguió con su función y administrada desde Ripoll hasta 1835. Actualmente queda la capilla del santuario de Santa María de Palau, una construcción de origen románico.
- GAVÍN, Josep M. (1984). Inventari d'esglésies. Vol. 15. Osona. Barcelona: Arxiu Gavín
- PLADEVALL I FONT, Antoni (1984). Catalunya romànica. Vol. II. Osona I. Barcelona: Enciclopèdia Catalana
- PLADEVALL I FONT, Antoni (1995). La pabordia de Palau, una dignitat i administració del Monestir de Ripoll. Annals del Centre d'Estudis Comarcala del Ripollès