Monasterio de San Juan de Corias

En 1043 ya se habría levantado una iglesia provisional, y se designó al abad Arias para ponerse al frente de la comunidad ya constituida. Más adelante, se construiría una nueva iglesia. En el año 1046, Fernando I concedió un fuero al monasterio, otorgándole el señorío y dominio jurisdiccional de aquel territorio. De este lugar dependía el priorato de San Miguel de Bárcena, fundado anteriormente por miembros de la misma familia. La primera iglesia, de una sola nave con crucero donde se abrían tres ábsides, tendría carácter funerario y estaba dedicada a Santa María. Entre otros, se encontraban allí los sepulcros de los fundadores y, posiblemente, el del rey Bermudo I de Asturias († 797).

La vinculación con esta congregación dio paso a una nueva etapa de prosperidad, que se reflejó en la reconstrucción del monasterio a finales del siglo XVI. En 1763, el lugar resultó muy afectado por un incendio y tuvo que ser reconstruido nuevamente, entre 1774 y 1808. La comunidad benedictina llegó a su fin con la desamortización de 1835, cuando los monjes abandonaron el monasterio. El lugar tuvo varios usos hasta que, en 1860, pasó a manos de una comunidad de dominicos. Más recientemente, en 2002, la gran casa monástica fue adquirida por el gobierno del Principado con el fin de convertirla en establecimiento hotelero, obra que se llevó a cabo entre los años 2007 y 2013, momento en el que se pudo realizar el estudio arqueológico del lugar.