El monasterio de San Salvador de Cornellana fue fundado en el año 1024 por Cristina Bermúdez (c. 985-d. 1037), hija de Bermudo II de León y de Velasquita Ramírez. En ese acto, la fundadora aportó una iglesia edificada anteriormente por ella misma, además de una importante dotación de bienes y mobiliario litúrgico. En la primera época, era un monasterio de tipo familiar que estaba en manos de varios miembros de la misma dinastía fundadora.
Esta situación se mantuvo hasta que, a partir de 1120, el conde Suero Bermúdez (c. 1070-1138), bisnieto de Cristina, fue adquiriendo todos los derechos y propiedades de otros miembros de la familia con la finalidad de donarlos al monasterio de Cluny. En 1122, el conde y su esposa Enderquina, que no tenían descendencia, hicieron la donación a la abadía borgoñona, añadiendo otras propiedades que también poseían. La donación generó un conflicto con el obispado de Oviedo, que reclamaba sus derechos, pero finalmente se le reconoció la posesión a Cluny.
El patrimonio del monasterio fue creciendo con el paso del tiempo gracias a la autonomía que mantenía respecto al poder episcopal y a la propia Cluny, que, a finales del siglo XIII, dejó de tener presencia en Cornellana. La época de prosperidad se alargó hasta el siglo XIV, cuando el monasterio tuvo que ponerse bajo la protección de patronos laicos, con la consiguiente pérdida económica y la entrada en el régimen de encomienda. Este período de crisis se alargó hasta 1536, cuando pasó a formar parte de la Congregación de San Benito de Valladolid.
Durante el siglo XVII, ya con la estabilidad que aportaba esta nueva situación, se impulsaron importantes obras de construcción. Aun así, el monasterio conserva algunos elementos románicos de la primera época, como la torre campanario y la cabecera. Durante el siglo XIX, sufrió los efectos de la guerra de la Independencia, con la ocupación militar como cuartel y su incendio final. Se pudo recuperar, pero en 1835, con la desamortización, perdió definitivamente la comunidad que lo ocupaba. Posteriormente, la iglesia se recuperó con funciones de parroquia, pero las dependencias monásticas quedaron muy deterioradas debido al abandono, a pesar de su protección como monumento histórico. Recientemente, se ha trabajado en su conservación y recuperación.
Fotografía de Simon Burchell, en Wikimedia
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Cornellana se encuentra en la cuenca del río Narcea, dentro del término municipal de Salas, al oeste de Oviedo