El convento de los agustinos se fundó en esta ciudad durante el reinado de Enrique III, fue Ruy López Dávalos, condestable de Castilla, y su esposa Elvira de Guevara quienes cedieron en 1407 el antiguo palacio de Catalina de Lancaster (esposa de Enrique III) a los agustinos, después de que en 1398 había conseguido aquella propiedad por donación de la reina.
Su época de esplendor fue a partir del siglo XVI, cuando se construyó la iglesia, única parte que se conserva, aunque parcialmente, puesto que el conjunto fue víctima de la guerra de la Independencia y después de la desamortización. En 1541, Santo Tomás de Villanueva (1488-1555) fue nombrado prior de esta casa. En 1606 Juan de Tassis adquirió el patronaje de la capilla mayor, que destinó a panteón familiar y, además, la dotó con rentas. A partir de 1835, una vez que el lugar quedó abandonado, tuvo varios usos, entre ellos el de prisión, actualmente la iglesia es la sede del Archivo Histórico Municipal.
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