Se trata
de un antiguo monasterio benedictino ahora ocupado por
una comunidad mercedaria. Sus orígenes son un poco
confusos e incluso su fundación se ha querido vincular a
San Fructuoso de Braga, lo que parece poder descartarse.
Se conoce que fue dotado económicamente por el rey
Bermudo II (982-999) y por la reina Urraca en el año
1116. Después la casa quedó vinculada a la sede de
Santiago a raíz de una donación efectuada por Fernando
II, en 1169. A finales del siglo XV el establecimiento
se encontraba en decadencia, una visita del año 1494 lo
encuentra en una situación caótica. Más tarde las
circunstancias cambiaron y su situación mejoró, en 1548
se fundó un prestigioso colegio de teología. Mantuvo su
actividad como comunidad benedictina hasta 1835, cuando
la desamortización clausuró el establecimiento. A partir
del 1890 el lugar pasó a estar ocupado por los
mercedarios, que aún se mantienen en ese lugar. |
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