Tras varios intentos y negociaciones, Jaime I tomó posesión de Xàtiva en 1248, un lugar notable en época islámica que conservó esta condición después de pasar a manos de la Corona de Aragón. Los franciscanos, que tenían presencia en la ciudad desde 1294, solicitaron el establecimiento de un monasterio femenino a Jaime II, que lo aprobó en 1325. En el establecimiento de las clarisas participó muy activamente Saurina de Entença, viuda de Roger de Llúria, considerada la fundadora.
Al año siguiente, la fundación fue aprobada por el papa Juan XXII y comenzó la construcción del monasterio, en ese momento extramuros. Para hacer efectiva la puesta en marcha de la casa se hizo venir a una comunidad de monjas desde el monasterio de Santa Clara de Tortosa, que habría llegado a Xàtiva en 1336. Desde el principio la llegada de monjas catalanas despertó mucha oposición, de tal de modo que meses después, Pedro el Ceremonioso logró que se pidiera que dejaran el monasterio con el objetivo de poner monjas valencianas. Las monjas tortosinas no aceptaron este cambio y se inició un litigio, mientras que en la casa había dos comunidades con su respectiva abadesa, en 1337 intervino el papa que dictaminó que la abadesa y comunidad valencianas eran las legítimas, pero la resistencia aún se prolongó hasta 1339, cuando las monjas tortosinas regresaron al lugar de origen.
En 1348, sufrió los efectos de la guerra de la Unión que provocó la fuga de las monjas y el incendio y ruina del monasterio, poco después, a causa de un nuevo conflicto bélico, se derribó el monasterio para evitar su fortificación militar, en 1358, el papa autorizó la construcción de un nuevo edificio en el interior de la ciudad. En el siglo XVIII llegaron más infortunios, en 1707, en el marco de la guerra de Sucesión, Xàtiva fue duramente castigada, Felipe V ordenó el incendio de la ciudad y este monasterio también sufrió sus consecuencias, las monjas se hubieron de refugiar en la ciudad de Valencia. A mediados de ese siglo un terremoto volvió a exclaustrar temporalmente a la comunidad.
A pesar de todos los infortunios, el monasterio logró un desarrollo económico envidiable y su comunidad era muy numerosa. Las monjas se mantuvieron en este lugar hasta 2001, cuando el monasterio fue suprimido a causa de la falta de vocaciones, las últimas monjas se dispersaron e ingresaron en otras casas de la orden. Actualmente, el monasterio es de propiedad pública y se ha destinado a centro cultural vinculado a la fundación impulsada por Raimon y Annalisa Corti.
Fotografía publicada en Játiva Turista (1933)
Fotografía publicada en Játiva Turista (1933)
Sello del monasterio
Publicado en Játiva Turista (1933)
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