La
fundación de esta casa se explica tradicionalmente con
un relato según el cual Adalberto I duque de Alsacia
(C655-c723) la habría construido hacia el 720 y que al
frente del cual puso a su hija Atalia (o Attalea).
Adalberto era hermano de santa Odilia y Atalia había
profesado en el monasterio de
Hohenbourg de donde su tía era abadesa. El rey
franco Chilperico II (715-721) habría otorgado un
privilegio de inmunidad para el nuevo monasterio,
confirmado posteriormente por Lotario I (el 845) y Lluís
III (el 856) convirtiéndose en una institución bajo
protección real hasta que a principios del siglo XI fue
entregada al obispo de Estrasburgo. Seguramente se
trataba de una canónica seguidora de las disposiciones
adoptadas en el concilio de Aquisgrán del 816, más
adelante, ya en el siglo XIII, se habla de la adopción
de la regla de San Agustín. En el siglo XIII la canónica
tuvo enfrentamientos con las autoridades religiosas
debido a la vida relajada que se llevaba. A mediados del
XIV se transformó en un capítulo señorial de carácter
secular. En 1541 la reducida comunidad se incorporó a la
iglesia protestante. En 1687 entró una comunidad
masculina que luego se sustituiría por otra de monjas
hasta la Revolución. Después de muchas vicisitudes, en
1861 se transformó en escuela, bombardeada durante la
Segunda Guerra Mundial, aún se mantiene el centro de
enseñanza. |
Cabecera de la iglesia de
Saint-Étienne |
Canonesas
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Saint-Étienne de Estrasburgo
Ilustración de Strasbourg illustré ou panorama pittoresque... (1855) |
Santa Atalia
(Attale) |
Adalberto y Atalia, los
fundadores
Detalle de la Tapicería de Santa Atalia (c1450)
Museo de l'Œuvre Notre-Dame, Estrasburgo |
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Atalia era hija de la nobleza, su padre era
Adalberto I duque de Alsacia (c655-c723) y también
era sobrina de
santa
Odilia (c662-720) hermana de su padre y
fundadora del monasterio de
Hohenbourg donde Atlalia ingresó como monja
hasta que fue designada abadesa de Saint-Étienne de
Estrasburgo, canónica fundada por su padre. Habría
nacido hacia el 687 y muerto hacia el 741. A su
muerte, la abadesa de Hohenbourg encargó la
obtención de una reliquia de manera nada ortodoxa y
envió un religioso que cortó la mano derecha de la
difunta aprovechando la exposición del cuerpo antes
de su entierro. La maniobra fue descubierta, se
recuperó la mano de la santa que fue custodiada en
adelante en un relicario. |
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