Según una
tradición, este monasterio habría sido fundado por
discípulos de san Gregorio Magno (c540-604) que habrían
impuesto la
Regla de San Benito, pero de hecho se sabe muy poco
de sus orígenes. Lo que es seguro es que ya existía el
675 cuando se encuentra mencionado el monasterio de
Confluentis en un documento a favor de su abad
otorgado por el rey franco Childerico II. Seguramente el
monasterio se fundó en dos tiempos, primero con la
llegada de un grupo de monjes irlandeses, hacia el 633,
al que se añadió un segundo grupo hacia el 660. Durante
una primera época no fue más que un monasterio muy
modesto pero más adelante, sobre todo en época
carolingia, se vio beneficiado por la monarquía
(Carlomagno el 769, Luis el Piadoso el 823 y 826,
Lotario I el 826, Lotario II el 856, Zuentibold el
896...). |
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Después de
una época de pérdida de influencia en el territorio, en 1235 el
emperador Federico II puso el monasterio bajo la protección del
Imperio, sin embargo la ciudad de Munster fue tomando más peso
político en detrimento de la influencia del monasterio sobre los
asuntos seculares. La implantación del luteranismo también afectó al
monasterio de manera directa, los intentos de adopción de reformas
en lo referente a la regularidad tampoco pudieron ayudar al correcto
desarrollo de la casa que mantuvo su precaria situación hasta su
afiliación a la congregación de Saint-Vanne, cuando se pudo
reconducir la situación. Entre el 1681 y 1770 se reconstruyeron las
dependencias del monasterio, la institución monástica mantuvo con
actividad hasta su supresión a raíz de la Revolución, en 1791 la
casa fue abandonada por los monjes y fue víctima del vandalismo que
llevó a la ruina de los edificios. La primitiva iglesia románica,
que había sido víctima de diferentes incendios, había sido
reemplazada por una construcción gótica (del siglo XV) y después por
una nueva entre los siglos XVII y XVIII, que desapareció después de
la Revolución. |
Abadía de Munster
Restos del claustro |