La casa de
las dominicas de Colmar fue fundada hacia el 1230 por
dos viudas, Inés de Mittelheim e Inés de Hergheim
reunidas en una casa situada en una plaza a la sombra de
un tilo (de ahí el nombre de Unterlinden ) donde se
fueron añadiendo otras mujeres formando una comunidad
que por falta de espacio se tuvo que desplazar a una
antigua capilla dedicada a Saint-Jean, facilitada por la
abadía de Munster. En 1245,
una bula del papa Inocencio IV las hacía canonesas
agustinianas pero en 1252 el mismo papa autorizaba a las
fundadoras su afiliación a las dominicas. En la misma
época las monjas regresaron al lugar de origen donde
levantaron un monasterio de nueva planta, en 1269 ya se
consagraba el coro de la nueva capilla monástica. El
monasterio se convirtió en un centro de difusión de la
cultura de su tiempo. |
El monasterio de Unterlinden |
Dominicas
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Alrededor
del 1575 Colmar y sus instituciones religiosas vivieron una época de
agitación y tensiones debido a la expansión de la Reforma
protestante y el monasterio de Unterlinden también se vio afectado,
pero sin graves consecuencias. Estas llegaron en 1792 debido a la
Revolución, cuando la comunidad fue expulsada y las dependencias
conventuales convertidas en un cuartel, aunque desde mediados del
siglo XIX es la sede del Museo de Unterliden, donde se conservan
obras de diversas épocas entre las que cabe destacar algunas piezas
de Martin Schongauer y el conocido Retablo de Issenheim,
procedente del convento de los Antonianos
de aquella localidad. De las antiguas dependencias monásticas cabe
destacar la iglesia y el claustro aunque la primera ha sufrido
algunas modificaciones tras su abandono por la comunidad. La
comunidad dominica se volvió a formar en Colmar en 1899 pero en 1926
se trasladó a Logelbach y en 1973 a Orbey. |
Monasterio de Unterlinden |