Se trata de un monasterio de origen antiguo del que se conoce su existencia el 661 a raíz de una donación a su favor. La tradición dice que la fundación de esta casa fue obra del rey franco Dagoberto I (623-639), punto que no se ha podido acreditar, por otra parte muchos de los dominios del monasterio eran de origen real y se habían ido acumulando con el paso del tiempo, durante los siglos VIII-IX, lo que hizo que se convirtiera en un centro de poder muy influyente. En cuanto a la observancia, parece que la casa seguía una regla mixta con elementos de la Regla de San Columbano y la de San Benito, hasta que el 816 acogió la reforma benedictina según las directrices promovidas por san Benito de Aniano con el apoyo carolingio. Durante este periodo también se convirtió en un centro cultural de primer orden y en este sentido hay que destacar la figura del monje Otfrid (C800-d871).

Abadía de Wissembourg
Interior de la iglesia

Abadía de Wissembourg
Interior de la iglesia

La situación de prosperidad, con los obstáculos propios de la situación política del territorio que se fueron sucediendo en el tiempo, terminó de forma repentina en el siglo XVI. El monasterio se había convertido en un centro acogedor de miembros de la nobleza y sufrió problemas de relajación de las costumbres, las reformas que se emprendieron para reconducir la situación fracasaron. En 1524 la comunidad sólo estaba formada por el abad, los demás miembros habían muerto sin que llegaran nuevos monjes, el mismo año una bula del papa Clemente VII secularizó la abadía. En 1525 aún sufriría los efectos de la guerra de los Campesinos.

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