El origen
de la colegiata de Saint-Émilion (y de la propia ciudad)
hay que buscarlo en un eremitorio excavado en la roca
donde se retiró Emiliano de Saujon (Milion, Émilion) un
santo que la tradición lo considera originario de la
Bretaña (Vannes) y que vivió en el siglo VIII. Tras
hacerse monje benedictino en el monasterio de Saujon (coenobium
Salginense) se retiró en este lugar, entonces
deshabitado, donde había una cueva que adaptó para sus
necesidades. Aquí murió en el año 767. Alrededor de este
lugar se reunió una comunidad de monjes que Mabillon en
los Annales ya la consideró benedictina. En 1080 el
obispo de Burdeos intentó su reforma cuando el
monasterio se encontraba en plena decadencia
posiblemente a causa de las invasiones normandas que
asolaban el territorio y de haber caído en manos de
señores laicos. Llegaron canónigos regulares pero no se
consiguió reconducir la situación hasta el 1110 con la
llegada de una nueva comunidad de monjes agustinos
procedentes de
Saint-Pierre de Lesterps (Charente). |
|
En esta
nueva época (s XII) se levantó una iglesia en la parte
alta de la ciudad, en un lugar más adecuado, donde se
construyó un nuevo monasterio. La iglesia excavada en la
roca junto al eremitorio primitivo quedó con las
funciones parroquiales. La canónica tampoco perduró en
el tiempo, en 1308 el papa Clemente V la secularizó,
convirtiéndola en una colegiata. La existencia del
monasterio benedictino, la canónica y la colegiata ha
dejado, con el paso de los tiempos varios testigos
arquitectónicos en la ciudad. El eremitorio de Emiliano,
encima del cual se levantó la capilla gótica de la
Trinité. La iglesia de Saint-Émilion excavada en la roca
y más conocida como iglesia Monolithe de fecha incierta
(tal vez de los siglos XI-XII) con un campanario
románico muy modificado levantado sobre él. En la parte
alta de la ciudad la colegiata, antigua sede de la
canónica regular hasta el 1308. |
Iglesia monolítica (1983) |