El priorato
cluniacense de Saint-Étienne de Nevers tiene su origen en un
monasterio femenino fundado por
san Columbano
(c540-615) mencionado en la narración de su vita, aquel
monasterio sólo era conocido indirectamente por algunos documentos
posteriores pero en 1974 se encontraron en la iglesia restos
pertenecientes a aquella época, entre ellos un mosaico con la
representación de san Columbano, lo que hace verosímil la narración
mencionada. Tras la extinción de aquella primera casa, el 1063
Guillaume I de Nevers (conde entre el 1040 y 1083) y el obispo Hugo
II impulsaron su reconstrucción introduciendo una comunidad de
canónigos regulares que fue de corta duración, hasta el año 1068
cuando Saint-Étienne fue cedido a la abadía de
Cluny (Saona y Loira). En 1097 se formalizó la fundación y
dotación de la casa, ya cluniacense,
el documento se firmó en presencia del obispo Guy de Nevers y otros
prelados de la región: Chalon, Auxerre y Chartres. En 1420 y con
motivo de la guerra de los Cien Años, la iglesia se salvó de un
incendio que destruyó completamente el resto de dependencias
monásticas. En 1534 fue nombrado François Le Bourgoin, el primer
prior comendatario. El priorato estuvo activo hasta la Revolución,
cuando tenía una comunidad de sólo cinco religiosos, la iglesia se
respetó a pesar de sufrir algunas mutilaciones como el nártex y los
campanarios. |
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