Canónica
agustiniana fundada por Étienne de Bar (obispo de Metz,
1121-1163) entre el 1144 y 1150 que había adquirido para
su diócesis este territorio del que dedicó una parte
para establecer el monasterio. Se piensa que la
comunidad que llegó a este lugar procedía de la
abadía de Étival (Vosgos) que
en aquella época se convirtió en un monasterio
premonstratense. El
fundador dotó económicamente la nueva casa, a esta
dotación inicial los señores de las cercanías hicieron
nuevas aportaciones, una bula del papa Lucio III
confirmó todos los privilegios y posesiones del
monasterio. No pasó de ser una casa modesta, con un
comunidad reducida. Con el paso del tiempo fue víctima
en varias ocasiones de intervenciones militares,
especialmente grave fue la del siglo XVII cuando la
canónica quedó en ruinas a causa de la guerra de los
Treinta Años, tanto las dependencias monásticas como la
propia comunidad que prácticamente desapareció,
abandonando el lugar entre los años 1635 y 1656. la
Revolución acabó definitivamente con la vida
comunitaria, en 1791 pasó a manos de particulares y se
destinó a actividades industriales hasta que en 1856 la
Iglesia adquirió la propiedad y actualmente lo ocupa una
comunidad de las Béatitudes. En este lugar se venera
desde la Edad Media a san Huberto de Lieja de quien se
conservan algunas reliquias. |
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