Una leyenda cuenta la fundación del monasterio
vinculándola con el abad de Saint-Martin de Pontoise
(Oise), san Gualterio (Gautier de Pontoise, c1030-1099)
que habría venido después de una aparición de la Virgen
encomendándole la fundación de un monasterio femenino en
este lugar de Berteaucourt, donde llegó para instalarse
en una antigua capilla ya existente hasta que fue
expulsado por los propietarios del lugar. Tras la muerte
del santo, unas nobles mujeres, Godelinde y Helwige
adquirieron aquel lugar donde finalmente fundaron el
monasterio, terminando la obra comenzada por el abad de
Pontoise. La fundación se formalizó en 1095 y Godelinde
fue su primera abadesa. La iglesia monástica, que aún se
conserva aunque parcialmente, fue consagrada por San
Godofredo (obispo de Amiens entre el 1104 y 1115). |
Fachada de la iglesia de la
abadía de Berteaucourt |
Benedictinas
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Pronto
reunió un considerable patrimonio, que le fue confirmado
en 1108 por obispo Godofredo, en 1140 por el también
obispo Guarinus (1127-1144) y el 1176 por el papa
Alejandro III que también le otorgó beneficios, como ya
había hecho anteriormente el papa Pascual II. A finales
del siglo XIV y el siglo XV el lugar se vio afectado por
acontecimientos bélicos y episodios de peste, en 1414 la
comunidad se refugió en la casa que tenían en Abbeville.
El siglo XVI sufrió una grave crisis por el relajamiento
de costumbres y a comienzos del siglo siguiente, en 1603
Angélique de Estrées (c1570-1634) era abadesa de
Berteaucourt (y también de Maubuisson, Val d'Oise), en
el que es considerado un momento de especial
relajamiento de la vida conventual tanto en una como la
otra casa, incluso corre la leyenda de que la abadesa
era madre de doce hijos. Berteaucourt prácticamente
desapareció como casa de religiosas. |
Abadía de Berteaucourt
Portal occidental de la iglesia |