La
tradición explica que este monasterio fue fundado por
san Ricario (c539-c645) Personaje que pertenecía a la
familia real franca y era natural del condado de
Ponthieu, se considera a su padre como el primer conde
de Ponthieu. De joven conoció unos evangelizadores
irlandeses que le convirtieron, más adelante se dedicó a
difundir el cristianismo y alrededor del año 625 fundó
el monasterio de Centule, luego Saint-Riquier. En este
monasterio primitivo Ricario recibió al rey franco
Dagoberto I (629-639). Después se retiró en un bosque
como eremita, donde murió. Su cuerpo fue trasladado a la
iglesia de Centule. Otro personaje vinculado al
monasterio fue Angilberto (c750-814), yerno de
Carlomagno (768-814) que vivió en la corte y que
finalmente llegó a Centule, otros autores lo consideran
el verdadero fundador o quizás renovador de la casa. Com
consecuencia de su relación con la corte, Angilberto
intervino en algunos asuntos religiosos del momento,
entre ellos la abjuración del obispo Félix de Urgell en
el concilio de Ratisbona (792). |
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Angilberto
impulsó la construcción de una gran iglesia en Centule,
edificio de arquitectura carolingia que se considera uno
de los más importantes de la época, fue consagrado
solemnemente en el año 799. Se dice que una comunidad de
trescientos monjes ocupaba aquel gran conjunto
monástico. En el año 800, el monasterio recibió la
visita de Carlomagno, el mismo año en que fue coronado
emperador por el papa León III en Roma, acompañado por
el abad Angilberto quien obtuvo del pontífice el
privilegio de exención para su monasterio. Esta época de
notable prosperidad se vio truncada por las invasiones
normandas, la abadía fue atacada el 845 y el abad cayó
prisionero de los asaltantes y el 881 un nuevo ataque
dejó el lugar en ruinas, la comunidad de monjes debió
abandonar el monasterio ya que no hay noticias concretas
hasta bien entrado el siglo X. A finales del siglo X y
principios del XI, se reconstruyó nuevamente el
monasterio y también se restauró la observancia
inaugurando un nuevo período de bonanza, el gran abad de
esta época fue Ingélard, fallecido en 1020. |
Saint-Riquier
Grabado núm. 79 del Monasticon Gallicanum
Bibliothèque nationale de France |