Aredio (Yrieix o
Aredius) era un personaje de familia noble
(se le ha relacionado con la dinastía
merovingia) nacido en Limoges hacia el 511,
de joven formó parte de la corte y el obispo
de Tréveris lo educó. A causa de la muerte de
su padre, regresó a la casa familiar y
hacia el 570 se dedicó a la vida religiosa,
fundó una iglesia en Limoges y un
monasterio en Atane (Attanum, al sur de
aquella ciudad) donde reunió una comunidad que
seguía las enseñanzas de Basilio de Cesarea
y de Casiano, el fundador de
San Víctor de
Marsella. En este lugar creció su fama de
taumaturgo y también fundó el monasterio de
Vigeois (Corrèze). De san Aredio se conoce
su testamento (572) donde, entre otras
cosas, disponía su entierro en
Saint-Hilaire de Poitiers, además de donar bienes a
sus fundaciones monásticas de Atane y
Vigeois. Murió el 591 y fue enterrado en
Saint-Hilaire donde sus restos se
conservaron hasta su traslado el 1181.
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