Monasterio de San Pedro el Viejo
Priorato de San Pedro el Viejo / Sancto Petro Vetuli
(Huesca, Huesca)
El lugar donde se encuentra la iglesia de San Pedro el Viejo ha sido ocupado por construcciones desde la antigüedad, se han hallado restos de época romana, después se habría levantado una iglesia visigótica que sobrevivió a la época de la dominación islámica.
Por otra parte, Huesca era sede episcopal desde el siglo VI, en la época de dominación islámica el obispado se refugió en Sasabe a la espera de la recuperación del territorio, aunque esta iglesia siguió manteniendo cierta actividad. En 1096, cuando Pedro I de Aragón conquistó la ciudad de Huesca al islam, se recuperó aquella antigua iglesia y ya entonces se conoció con el apodo de “el Viejo”. En ese momento, el lugar fue entregado a los benedictinos de Saint-Pons-de-Thomières (Languedoc), donde establecieron un priorato. La cesión fue confirmada por el propio Pedro I (1098) y por el papa Pascual II (1107).
Fundado el monasterio, éste fue beneficiario de importantes donaciones, que hicieron que se enriqueciera, tanto en el aspecto material como religioso. En 1117 iniciaron la construcción de una nueva iglesia y monasterio, que debería sustituir la obra prerrománica. En 1137 el rey Ramiro II de Aragón, el Monje, que ya había sido monje de Tomeres, abdicó y se retiró a San Pedro el Viejo, donde murió en 1157 y donde fue enterrado. A finales de siglo XV se clausuró el establecimiento benedictino, que fue sucedido por una canónica regular. Aquella colegiata fue clausurada definitivamente en 1535, perdiendo lo que aún le restaba de poder. Ahora es una parroquia.
La iglesia es, básicamente, románica, con tres naves y tres ábsides, tiene acceso por el norte, donde hay una puerta con un tímpano con dos ángeles que sostienen un crismón. Una segunda puerta, que comunica con el claustro, tiene un tímpano dividido horizontalmente en dos registros: arriba otro crismón con ángeles, y debajo la escena de la Epifanía, a modo de dintel. El claustro es rectangular y presenta el resultado de las obras de restauración que se realizaron en el siglo XIX. Una parte importante de los capiteles son modernos, la galería meridional y la de poniente son las que conservan más capiteles originales, los demás se conservan muy deteriorados en el Museo Provincial de Huesca.
En el lado norte hay una torre hexagonal del siglo XIII. La antigua sala capitular es ahora la capilla de San Bartolomé y sirve de panteón real, con los sepulcros de Ramiro II de Aragón el Monje (c1075-1157) en un sarcófago romano, Alfonso I de Aragón (1073-1134) tumba que procede de Montearagón, y el infante Fernando de Aragón (?-1248), además de Bernardo Alter, último prior benedictino, fallecido en 1494.
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